Son mas de 25 años los que avalan la carrera de Eros Ramazzotti.

Eros no ha podido superar que alguna vez fue rechazado del conservatorio de música.

Cada disco que sale al mercado tiene su edición en español y su idioma natal (el italiano) y siempre, suelen ser un éxito.

Pero detrás de Eros hay mucho más.

¿Te arrepientes de algo en tu vida?

En la escuela, era un mal estudiante. Los problemas comenzaron cuando pedí ir al conservatorio y suspendí los exámenes de admisión. Si hubiera hecho lo que deseaba de corazón, esto no habría ocurrido. Todavía me duele el haber sido rechazado en el conservatorio, a pesar de todo lo que ha ocurrido después.

¿Es difícil cambiar de estilo?

El único problema será el de la disquera, que venderá menos discos.

¿Recibes muchas presiones de tu compañía?

Bueno. Cuando te pagan, tienes que darles algo.

¿Cuáles son tus recuerdos de la niñez?

Buenos. La pasé en Cinecittá. Solíamos jugar a un juego llamado ‘nizza’. Algunas veces aparecía una mujer en una furgoneta y nos llevaba para hacer algún papel de figurantes en una película. Aprendí muchas cosas en la calle. Aprendes lo que es la vida verdaderamente, lo que supone tener personalidad, ser firme. Descubres que si quieres sobrevivir, tienes que hacer frente a tus miedos.

¿Te molesta que hablen de ti fuera del aspecto musical?

No me agrada cuando se trata de cosas inventadas, pero también sé que soy un personaje público. Sería tonto pensar que los medios no van a aprovechar la oportunidad.

¿Reflejas algo de ti en las canciones?

Escribir, pintar o componer canciones es arte que viene desde dentro. Yo no soy un intérprete, ni un hombre que canta las canciones de los demás. Por eso hay de lo que me sucede en estos momentos en mis composiciones.

¿Qué haces para salir de la mecánica composición, disco y gira?

Hacer una vida normal. No sé, ir a comprar, salir a comer.

Redacción MILENIO. Monterrey