La vida nos da un regalo más

“Perfecto” (2015) es quizá el disco más libre de Eros Ramazzotti hasta hoy: Lejos, muy lejos de querer complacer a nadie, arriesgándose a explorar su muy personal gusto por la música americana sin perder su esencia.

Eros Ramazzotti en

Eros Ramazzotti en “Perfecto”. Foto: Universal Music, 2015.

Si para el anterior “Somos” (2012) supusimos un punto de partida, ahora nos encontramos en un viaje que bien a bien no sabemos a dónde nos llevará, pero que resulta exquisito. Un viaje en el que no hay pudor, en el que se puede hablar con franqueza sobre experiencias muy pasadas (“Girando”) o cosas que pasaron hace apenas unos meses (“Aquel verano”). Un viaje honesto que revela alegrías (“Perfecto”) y miedos (“Los celos”) y que se agradece. Un viaje perfecto.

Al fin del mundo


La elección de este tema como primer sencillo es asombrosa. Pero no por las muy discutidas situaciones promocionales sobre la disquera, sino porque nos indica el grado de seguridad que Eros tiene sobre este trabajo. Nos indica, precisamente, la libertad con la que ha sido capaz de expresarse esta vez, el control creativo que ha tenido sobre el disco y que todo el discurso ante la prensa sobre el uso de acústica por sobre la electrónica es sincero. El video es, además, uno de los más sobresalientes de los últimos años con un mensaje muy positivo. Que no caminó, ese es otro cantar que nos lleva a…

El tiempo no atiende a razones


… el bomberazo. Una canción más “easy listening”. Con un estribillo pegajoso aunque no por ello menos profundo. Pero que al ser elegida como single también confirma la percepción (creo que global) de que un artista adulto necesita una canción rítmica para sonar en la radio. Y no, creo que el problema es que se apunta demasiado a la radio juvenil, que es lo que sobra y que es más fácil, que hacer un esfuerzo por llevarlo al nicho más adulto al que ya pertenece, nos guste o no. Porque, precisamente, para cada estación hay un tren.

Perfecto


Aquí es donde ya sin pudor, Eros nos lleva a lo mejor que le ha pasado (siempre) a su música: hablar de algo muy personal exponiéndolo a los cuatro vientos. Porque así ha sido para este hombre, de carácter increíblemente tímido, en sus mejores discos y éxitos. De “9” a “Otra como tú”, de “Somos” a “La cosa más bella”, la receta de la sinceridad ha sido infalible. Una canción sencilla en su arreglo, que platica una anécdota íntima en la que cualquier fan quisiera encontrarlo: de vacaciones en una pequeña ciudad que está lejos del bullicio de la gran metrópoli. Un momento perfecto que cualquiera disfruta, ese instante mágico al lado de tu pareja en el que ir al cine o tomarse una copa juntos crea un lazo duradero y un recuerdo inolvidable.

Girando


Al principio no entendía esta canción. Pero justo ahora estoy empezando a leer (pecado que admito) “Lo giuro” y entonces todo cobró sentido. Esta canción va de esos momentos solitarios que un artista famoso, con ciertos tormentos emotivos, ha vivido en el pasado. Alguien que persigue el amor pero que no lo encuentra tan fácilmente, que tuvo unos ratos de tristeza pero que ahora, gracias a la persona perfecta, tiene muchos de felicidad. Este tema que es quizá de los menos interesantes del disco, no demerita por el precioso arreglo con el que cuenta.

Sueño No. 3


De nuevo un tópico recurrente en la discografía de Eros viene a colación de manera directa y sin ambages. Si ya antes ha tratado a lo onírico por las orillas (“Toma la luna”, “Fábula”, “El hombre que miraba las nubes”) acá vamos derechito desde el título. Fascinación por lo imposible, momento perfecto para ser niño de nuevo y embarcarse con los hijos (¡ese otro gran tema de conversación desde hace 20 años!) en la travesura del pensamiento metafórico.

Flor nacida ayer


Con todo el poder de la poesía, con toda la ternura que puede tratarse a una hija y con toda la honestidad posible, Eros entrega una otra canción de amor para su descendencia, presumiblemente a la más pequeña de sus niñas. Es mentira que se puede cuidar para siempre a alguien… pero es lo que todo padre quisiera. A pesar de saber que la vida es dura, que sin duda habrá experiencias difíciles por vivir, este hombre ha de seguirla por todos los rincones para cuidarla hasta que sea necesario, por el peso de los años, que ella se dé la vuelta y le proteja hasta el momento de despedirse. Primer llanto del disco (para mí).

Vívela


“En el mismo río nunca te bañarás”, paráfrasis de Heráclito de Éfeso, uno de los más grandes filósofos de la antigüedad, que nos advierte sobre lo fugaz de nuestra existencia, sobre las oportunidades perdidas pero también sobre el perpetuo renacer al que podemos someternos. “Todo fluye, todo es como la música…” y lo más irónico es que se trata del tema más “ramazzottiano” de todo el disco. Su marcada efectividad sobre gran parte de la fanaticada está en que les recuerda tal vez su primer acercamiento a Eros… aquellas canciones como “Mientras el cuerpo resista”, “Así son los amigos” y hasta “Tierra prometida”. Esto no tiene por que ser malo, en todo caso tiene el curioso toque de que aquellas iban de un hijo hacia un padre (“En casa me han dicho / puedes marcharte cuando quieras”) y de una generación que cantaba a la generación anterior (“Estamos hechos así / miramos siempre al futuro”). Ahora toca a Eros el turno de dar consejos… si alguien los toma, veremos. Eh ramazzos: ¿se atreven a poner a dialogar al Eros viejo con el Eros joven? ¿Qué encontraríamos?

Aquel verano


Si te propones hablar de lo mismo varias veces en un disco, algo de talento debes de tener para no aburrir. “Aquel verano” cuenta casi la misma historia de “Perfecto”, agregando el dato fantástico de la coda y es aún así, totalmente efectiva y cautivante. Tratada desde un tono más adulto que la primera versión de esta historia, tiene un tono Bee Gees en los arreglos que nos recuerda que lo que estamos oyendo acá es el homenaje de Eros a la música americana que ha escuchado cada que graba un disco en Los Ángeles y, claro, un recuerdo de lo que en su niñez / juventud sonaba en la radio. Maestría total para conjugar una historia íntima con el mejor estribillo comercial. Irresistiiiiible.

El amor es un modo de vivir


Paroxismo, locura, sensación imposible: Eros nos confiesa en una canción lo que el amor le signfica. La historia detrás de la canción es fascinante: la Marica le ha preguntado qué es el amor… “Esa es tu pregunta y yo / buscaré por ti una respuesta en el viento”. Y así, nuestro ídolo se atreve a buscar la explicación para que la Humanidad no encuentra una versión única. Personalísima observación que merece escucharse innumerables veces y… compartirse con el ser amado.

El viaje


Si en “El equilibrista” nos habló de alejarse para verlo todo mejor, “El viaje” es ahora interior. Esta canción es un tanto críptica, la he reescuchado varias veces y no logro identificar al protagonista ni al complemento de la historia. Pero sí que habla de todos los temas del disco: el amor, los hijos (“crece en la espera dulcísima”), el deseo de perpetuar el instante junto a la persona amada. Bella y misteriosa. Eros ha dicho que es su favorita.

Los celos


Presentes en todo el disco están el soul, el funk, el jazz y, de una manera mucho más identificable, el country. La temática de macho se acompaña en este caso a la perfección por el género. La otra cara de este romántico, tocado por la desconfianza, es insoportable. Volvemos a lo que les he dicho al principio: no hay pudor. Porque el tema me parece el más odioso de todos los odiosos de su carrera (“Pero ella” y “Uno más” incluidos). Nos hace recordar al fulano cualquiera que interroga sin cesar a su pareja a la menor provocación, es la antítesis de todo lo que hemos oído. ¿O ya se escondía en esa sobreprotección latente? Ni duda cabe, todo depende del cristal con que se mira… seguro alguna quisiera que la celaran así.

Una idea especial


De especial, todo. Especialísima. Una declaración de amor, un recordatorio del mismo, una propuesta de matrimonio, una pintura de la persona que amas. Así como “no mueren nunca las cosas si están en ti”, no hay “nada ni nadie” que pueda robarte el amor cuando lo encuentras, lo cultivas… y te corresponden.

Aquí es donde piensas: ¿y qué si no tocan este disco en la radio juvenil? ¿qué, si no vende 20 millones de copias? Estas canciones están aquí, ante nosotros, hechas con el cuidado de una artesanía y envueltas perfectamente con el mismo amor con el que fueron concebidas. 20 o 30 años después de escucharlo por primera vez, con varias giras transcurridas, no sé cuántos discos comprados y videos descargados… estamos aquí, con amigos que comparten el mismo gusto y, sobre todo, con un artista que sigue entregándonos canciones como esta. El mismo que ha declarado que hay que hacer bien las cosas porque hay un compromiso con aquellos que han comprado un boleto para el concierto. Aquí es pues, donde deja de preocuparme si Universal lo vende bien o no, aquí me dejo llevar y pienso: “la vida nos da un regalo más”. Aquí estoy otra vez, escuchando algo que me da “emoción y colores”. Que se caiga el mundo.

Feliz Navidad (Si tú quieres)


Ya encarrerados en los atrevimientos, una canción navideña. Como todos los grandes del pop americano acostumbran. Eros no hace un disco a Papá Noel, pero nos trae el sabor a gospel en una canción social. La voz no le alcanza pero el arreglo es bellísimo. Ahora podrá pasar desapercibida pero es un tiro seguro… alguien hará un día la versión con la voz adecuada y se volverá un clásico. A escucharla cada diciembre.

Tras veinte años


Para finalizar, otra confesión. No hay una sola vez que haya escuchado esta canción y que no se me haya hecho un nudo en la garganta. Un buen amigo me dijo alguna vez, con sorna, que mi relación con Eros tendía a lo perenne. Yo le respondí que, como toda relación, tenía sus altas y sus bajas. Las altas son esas veces en que logro identificar mi propio crecimiento como persona con sus canciones. Cuando entiendo verdaderamente el significado de algo “universal”. Cuando no se trata solamente de una letra bonita, sino de algo que de verdad pega en mi corazón porque sé que es un sentimiento compartido con toda honestidad.
Falta mucho para que mis hijas tengan 20 años… pero sí: “Por ti he creído en la palabra siempre / por ti la comprendo, la sé decir / por ti he aprendido cómo reír / y a vivir sencillamente, sin comprender”… y claro que “por ti, he sentido que vivo / y que amarse, es cierto, qué fácil es”. Lloro de nuevo.

No hay más que decir.

Yo, doy gracias a la vida (y a Eros) por este disco pERfecto.